En una pequeña casita al lado de un lago, viva una humilde familia con dos niñas y un pequeño cachorro. Una tormentosa noche de invierno, todos se acurrucaban delante de la chimenea cuando, a causa de un rayo la luz se fue, Mikel el padre fue a ver qué había pasado, cuando llego al cuadro de la luz, vio que simplemente los plomos se habían bajado, cuando la luz volvió, Sheila, la hija mayor pegó una grito. Su hermana pequeña, Alison, había desaparecido. Todos muy preocupados fueron casa por casa gritando su nombre por si acaso era un juego de los suyos, ya que le gustaba mucho esconderse. Buscaban y buscaban pero no la encontraban, de repente pipo, el perro empezó a ladrar, parecía nervioso, Sheila fue corriendo hasta la cocina que era donde se encontraba pipo, allí vio que el perro le ladraba a una diadema, era la que llevaba Alison antes de desaparecer. Sheila cogió la diadema y fue a buscar a sus padres, cuando subía por las escaleras hacia el piso de arriba, hubo otro apagón, cuando la luz volvió, esta vez el que había desaparecido era pipo, su collar apareció en la escalera siguiente a la que Sheila estaba. Todo era muy extraño, ¿Qué estaba pasando? Sheila cogió también el collar de pipo y siguió subiendo por las escaleras, cuando llego al piso de arriba, solo se veía como de la habitación de sus padres salía una pequeña luz roja, ella se acercó lentamente y abrió la puerta tímidamente. Entró y vio que allí solo estaba su padre, pero no le podía ver la cara, estaba sentado en la esquina de la habitación, mirando hacia la pared y no dejaba de susurrar la misma frase continuamente “Ha sido el, ha sido el, ha sido el” repetía una y otra vez, pero, ¿Quién sería él? Solo le quedaba investigar sobre aquello, cuando estaba observando a su padre de repente alguien paso por detrás como una exhalación, se giró pero no le dio tiempo a ver quién era. Salió y fue a mirar a la habitación de al lado por si a caso lo que había pasado por sus espaldas se había quedado allí, se dio cuenta de que su madre tampoco estaba, se había quedado sola, pero tenía que salir a investigar. Se puso, le chubasquero, las botas y cogió el paraguas, y fue a mirar al jardín, vio una luz que salía del cobertizo como si viniera de una pequeña vela, se acerco lentamente y abrió la puerta, allí estaban los cuerpos de su madre, su hermana y de pipo el perro pero también había una cuarta persona sentada en una silla, era el tenía que ser él, aquel que tanto decía mi padre…
Realizado por: Ana Peralta Beltrán
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